¿Qué hago y como?
Mi obra, mi arte, mi técnica.
Como dice Torres García, mi papel al inicio de la obra es como la de un constructor. Después de surgir la idea, construyo, ordeno formas geométricas, líneas. Busco la estructura, proporciono. Es un proceso en el cual la razón lleva una parte importante pero deja un lugar al sentir. Es este quien decide si eso “va”.
Allí comienza una conexión, la obra empieza a cobrar vida y comienza a comunicar. Ella habla y yo tengo que escuchar. Yo me expreso a través de ellas, pero es ella quien va diciendo como.
A veces elijo un tono, un matiz, lo aplico y ella me hace sentir si corresponde o no. Si va con su armonía, con su belleza particular. Es ella también la que me dice cuando parar, cuando está pronta. Cuando ya creció, cuando no necesita más de mi.
Como todo tiene un comienzo, un desarrollo y un final. El comienzo es por un impulso, por un voluntarismo de mi ser. Luego el desarrollo es una simbiosis entre mi ser y el ser nuevo que estoy colaborando a su creación. El final está dado por ese nuevo ser, cuando transmite que ya está, que no necesita más nada, ni una línea, ni un color ni un ajuste tonal más.
Es fundamental establecer esa conexión, sin ella lo que realizo no tiene sentido.