Arte contemporáneo
¡El experto!
Tantas veces me cuestiono esto. Es más, muchas de ellas voy más profundo. ¿Es arte lo que hago? ¿Tiene valor artístico? ¿Quién lo tiene que decir? ¿Yo? ¿El público? ¿Un experto?
Son muchas las cuestiones. Trataré de dilucidar algunas en este artículo y dejaré otras para próximos.
Obviamente las respuestas estarán teñidas por mi subjetividad.
El experto en arte, el crítico, el galerista, ¿cuáles son sus motivaciones, sus subjetividades? Creo que ahí está la clave para entender el arte que vemos en el circuito hoy.
De más está decir que desde mediados del siglo XX, el arte se rige por las leyes del mercado, o sea, oferta y demanda. Los productos exitosos y los artistas que lo realizan están regidos por ello.
La agenda del arte la marcan las galerías.
Por otra parte se ha creado toda una narrativa de la cual participan los críticos que “evalúan” esas “obras”, esas “creaciones” y los artistas que las realizan.
Se establece todo un juego mental intelectualoide, por el cual justifican prácticamente todo lo que quieren.
Nos quieren convencer que si no se comprende es por falta de cultura artística, convirtiendo a las artes plásticas y visuales en una experiencia solo para una elite de entendidos. Si no se comprendes, quedas afuera. Si quieres estar adentro, dices “amén”.
Entonces, vas a ver una muestra y te encuentras con unos tarros en el piso llenos de agua y tú tienes que deducir cuál es la “poética” que el artista quiere transmitir. Es posible que se escriba hasta un catálogo con varias páginas sobre la interpretación de la obra. Me pregunto, ¿cuál es la obra? ¿lLos tarros con agua? ¿El catálogo? ¿Ambos? ¿Ninguna?
¡No lo se! Lo que si tengo claro es que se ha perdido el disfrute estético, la experiencia visual que nos puede dar la percepción de un objeto realizado con estos fines.
Parece ser que a gran parte de los artistas plásticos y visuales, no les interesa comunicar. Con que un crítico, un galerista lo pondere, es suficiente. Con que esa reducida elite diga que es bueno, que es genial lo que hace, e incluso le den premios por ello, esto es suficiente.
Me pregunto y ¿el resto? El 99% de los seres que habitan este planeta, ¿no cuentan?
Si los músicos, los cineastas y otros artistas tuvieran que explicar con un libro o un catálogo lo que realizan, seguro que no tendrían éxito, seguro no se consideraría valioso lo que hacen.
Nos han querido quitar la experiencia estética para convertirla en un juego mental, en un discurso, en una narrativa vacía que no deja nada.
La emoción, el disfrute, el misterio, la magia que transmite la experiencia visual, la han querido matar.
Por suerte en este tiempo que vivimos, el mundo ha cambiado y existen otros medios para que aquellos artistas que no han perdido el SENTIDO, que no han cedido al mercado oficial del arte, tengan sitio y lugar y podamos disfrutar de sus creaciones.