Arte de Eduardo Suárez
Desde que tengo uso de razón siempre he pintado, mi gusto y pasión por pintar me ha acompañado siempre.
Y digo pintar, no dibujar. A dibujar tuve que aprender.
Pero para pintar para combinar colores siempre tuve una sensibilidad especial.
Más tarde descubrí el amor y la fascinación por la geometría y eso ha atravesado mi vida desde mi infancia.
Cuando tenía 8 años mi padre me regaló una colección de revistas donde se incluian Kandinsky, los supramantistas, y constructivistas rusos, los de la Bauhaus, los neoplasticistas y varios mas de los movimientos abstractos de esa época en Europa.
Y a esa edad pasé el día copiando esas imágenes, tratando de imitar formas y colores.
Mientras otros niños que le gustaba dibujar, hacían a Mickey y demás caricaturas de nuestra infancia, yo imitaba los cuadros del Jinete Azul y de De Stijl.
Y mi infancia y adolescencia transcurrió copiando y luego creando imágenes con ésa impronta.
Con el tiempo fue incorporando más artistas y movimientos, pero todos ligados a la geometría, el Cubismo sobre todo, fascinación por Juan Gris.
Hasta que me encontré con Cezanne. Él fue mi perdición, su forma de interpretar la realidad tan simple, geométrica, y el uso del color plano. Ahí tenía unos 15 años.
Como nada es casual en la vida, en la facultad de arquitectura, estuve en talleres donde la geometría, la sección aurea, lo simple, lo funcional, la fuerza de la forma y el color era lo esencial.
Descubrí a Le Corbousier, la arquitectura racional y a Frank Lloyd Wright.
Profundicé con los neo plásticos y la Bauhaus.
Y me encontré con “Torres García”; era una época de reivindicación de su figura, su obra y sobre todo su nacionalidad, ya que los españoles lo consideraban un artista español.
Por esos años decidí ampliar en mis conocimientos en pintura y fui a la escuela Pedro Figari.
Allí conocí y aprendí con quién considero que es mi maestro, (porque en pintura uno necesita aprender de un maestro).
Este fue Raúl Rial, quien fue formado por Jonio Montiel y otros alumnos de la Escuela del Sur.
En ese momento entré en el mundo del universalismo constructivo, en esa intrincada maraña, de una forma de ver al mundo y al arte.
Pasé diversas etapas, amé, odié, me peleé, me reconcilié más de una vez con ese mundo.
El tener contacto con otros artistas de esa formación como Visca, Castellanos, y otros de la escuela, y sobre todo el leer a Torres García, sus conferencias, sus libros, todo el legado teórico que dejó, me hizo entrar en su sendero que es el que recorro hasta el día de hoy.
Este sendero me hizo atravesar por diversos lugares, algunos muy luminosos y otros muy oscuros.
Una primera etapa casi surrealista donde me conecté con mis zonas más oscuras.
Luego una etapa donde miré mucho hacia afuera, a lo social, y mi obra se conectó con el lenguaje del arte contemporáneo del momento, pero en mi composición estuvo el sello de la Escuela, la proporción áurea, y la forma de componer el uso del color, la paleta.
Tuve una imperiosa necesidad de que mis pinturas salieran del plano, se imprimieran en diversos soportes.
Pero eso murió, llegó a su fin y hubo un vacío de mucho tiempo.
Por esos años llegó a mi vida todo el simbolismo de la Cabala, la Alquimia, la Astrología y la Masonería.
Había mucha geometría detrás de eso y empecé a investigar sobre ello.
Leí y conseguí cuanto libro pude. Sin darme cuenta comenzaron a surgir a través de mi composiciones a las que denomino Iconografícas.
En ellas se expresa todo ese mundo, todo ese simbolismo.
Eso se manifiesta durante un período muy largo en mi vida hasta que nuevamente quedé vacío.
Ahí comenzó un período muy oscuro de desconexión, con muy escasa producción, en momentos casi a cero.
Fue un tiempo largo, de unos cuantos años, donde estaba seco y donde parecía que todo había llegado a su fin.
Meses sin siquiera entrar al taller.
Y un día volví a conectar. Y la conexión se dio por plantearme volver a mis raíces; a la geometría pura, al universalismo constructivo y el sendero comenzó a iluminarse nuevamente.
Y por último en estos tiempos he incorporado un juego por la percepción del espectador.
Hoy me encuentro en un sitio donde las ideas no paran de fluir,
No tengo muy claro si lo que hago tiene valor artístico o no, pero es lo que tengo necesidad de hacer, es lo que fluye a través de mí.
No sale otra cosa, mi canal es el adecuado para esto y no para otra cosa.
Una palabra define lo que realizo y esa es SENTIDO, en sus dos acepciones: lo que realizo es SENTIDO y tiene SENTIDO.
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